No sé por qué razón las mentiras están tan mal vistas en el mundo. La moral cristiana y la de todo tipo de religiones han demonizado la mentira durante años, décadas, siglos…y no lo puedo entender. Nos sentimos culpables cuando mentimos, y nos sentimos realizados cuando contamos la VERDAD, la única y verdadera verdad, nuestra verdad. A los políticos se les llena la boca hablando de la verdad (su verdad, la particular de cada partido), los medios de comunicación nos bombardean con la verdad de cada uno de los temas candentes de la actualidad mundial. Hay veces que las palabras llevan unidas un significado de verdad, de realidad; otras llevan aparejadas la palabra MENTIRA.
La cuestión es que nunca se llega a la verdad. Sólo hace falta escuchar las distintas opiniones de la gente para darse cuenta de que la verdad es un imposible. Es un sueño inalcanzable, un fin común de todas las personas humanas, de todas las buenas personas. De hecho, la sinceridad es la base de toda relación, ya sea amorosa, paterno-filial, de amistad, etc. Es el pilar más sólido desde el que se construyen las relaciones sociales…en teoría.
Pero desde aquí quiero romper una lanza por la mentira. No por el engaño, sino por la mentira.
Habitualmente nos escudamos en mentiras que denominamos “piadosas”, con el objeto de restarle importancia a esa palabra tan dura, MENTIRA. Las mentiras piadosas son aquellas que contamos para no hacer daño a la otra persona, las que no duelen, las que no son realmente mentiras. Esa idea de la mentira piadosa es MENTIRA. Es como si existiesen las verdades piadosas. Las verdades son verdades, y las mentiras son mentiras, por mucho que las califiquemos de otro modo.
A mí me encanta mentir. Me parece, además, que es muy difícil la acción de mentir, de mentir bien. En la MENTIRA, en la buena MENTIRA, se unen varios factores que deben estar enlazados de un modo especial. La buena mentira consta de una idea inicial, un objetivo, un fraude y una actuación.
La idea inicial se puede definir como el primer instinto que tenemos, que llena nuestra cabeza, y que nos hace definirnos por la utilización de la mentira, rechazando la verdad por ser imposible, incómoda o irreal (que contradicción).
El objetivo es, como bien dice la propia palabra, el objeto final que buscamos con la mentira. La solución de un problema, el quedar bien con el receptor de la mentira o el bien estar social.
El fraude es la utilización de un hecho real como el vehículo en el que se monta la mentira para llegar a su destino. Tiene vinculación con el fraude de ley, figura jurídica que consiste en utilizar una norma para obtener un resultado que el ordenamiento jurídico quiere prohibir. Un ejemplo: yo puedo decir que me encuentro mal, por eso no quiero quedar con alguien. Es real que yo me pueda encontrar mal, realmente mal, tanto como para no tener fuerzas para salir de casa. El fraude nace en el momento en el que yo utilizo una situación real, el “encontrarse mal”, para obtener el resultado deseado, no salir de casa. Es cierto que podría encontrarme mal, pero me encuentro bien, y utilizo esa realidad paralela para evitar una situación que no me apetece vivir.
La actuación es la ejecución de las tres anteriores acciones. Deben ser ordenadas, pensadas y realizadas a la perfección para que esta actuación conlleve la efectiva mentira. Es la parte más delicada, es como el día del partido; tienes que preparar bien el partido para que todo te salga como lo habías pensado. Debes pensar, incluso, en los posibles contratiempos que pueden surgir en el camino del ejercicio del partido (o de la mentira). Todo tiene que estar pensado, planeado y previsto para que el resultado de tu acción sea la creencia por parte del receptor de tu acción de que lo que le dices es VERDAD.
Yo no miento mucho. Me gustaría mentir más. Me gustaría que mi moral se escondiese de vez en cuando para que surgiese en mí ese instinto que es el MENTIR. Mentir sin razón, mentir por el mero placer de contar lo que no es cierto, pero que me gustaría lo que fuese, sentir ese vértigo acompañado de un escalofrío que te recorre el cuerpo desde la cabeza hasta los pies y el miedo a ser cogido in fraganti en la mentira en el mundo real, en la verdad en tu mundo imaginario. Pero no soy capaz de mentir bien. En las discotecas, cuando no tenía 18 años, nunca se creían que realmente era mayor de edad. Puede ser que no me creyesen por mi aspecto de pipiolo recién salido del colegio con la mochila a los hombros, pero también influía mi cara desencajada y pálida ante aquella verdadera mentira; vamos, que ni yo me creía la verdad de mi mentira.
Y es que no he sido ni capaz de copiar en un examen. Sólo en cuarto de E.G.B, en un examen de matemáticas con María Eugenia, comprobé una cuenta con mi reloj-calculadora (ese fue el único uso útil que le di a aquel reloj…y pensar que no me compré el reloj con juego de coches incluido por disponer de una calculadora en mi muñeca), y aun así lo pasé fatal. De todas formas, copiar en un examen es una forma vil de mentir, porque lo haces escondido, agazapado en la última fila de la clase, y no te enfrentas a los ojos inquisidores del que recibe tu mensaje.
Otra forma de mentir, muy castigada por la moral, es la mentira a uno mismo. Esa es la peor. Es la que llevas a cabo cuando la víctima de tu plan eres tu mismo. El ejemplo más paradigmático del mentirse a uno mismo se da en época de exámenes. Piensas que serás capaz de estudiar 25 horas diarias sin a penas descansar. Te lo preparas bien, haces un calendario (el fraude) para convencerte de que serás capaz de llevar a cabo tal hazaña, y empiezas el trámite de la mentira.
El mentirse a uno mismo es la única mentira que llevo a cabo. La mentira a “segundos” es la que más me cuesta, sobre todo cuando me siento vinculado de alguna manera a la persona a la que miento. La mentira a terceros seguro que existe, y seguro que, sin saberlo, lo hago muchas veces.
De todas formas os invito a mentir. Mentid a la gente, construid una vida basada en la mentira, construiros una personalidad que esté cimentada en irrealidades, en mentiras, incluso en engaños. Eso sí, si lo hacéis, hacedlo bien. No hay nada más feo que ser cogido en una mentira…o en varias.
Todo esto es mentira. O no. Podría haber construido un discurso basado en mentiras en contra de las mentiras, y seríais mis victimas. Nunca sabríais que todo lo que he escrito es mentira, que no es verdad, que me gusta mentir y que soy el mejor mentiroso del mundo. Que ni siquiera soy yo el que escribe esto, que no soy el tipo de persona que pensáis que soy, que mi vida es una mentira constante y que ya no encuentro la salida ni el camino que me devuelva a la verdad…
Es mentira. O no.
Besos.
14 comentarios:
Muy buen post. Yo de siempre he sido muy mentiroso a la par que fantasioso, pero lo que más me gusta de la mentira es el sentimiento de que has conseguido engañar a alguien, que has quedado por encima, te sientes más listo que él. A día de hoy no soy ni la sombra de lo que fui y es que ya casi ni miento.
Por cierto yo no era mucho de copiar en los exámenes, era más de hacer cambiazos o entrar en los despachos a cambiar el examen.
El mejor cambiazo de mi vida fue el que le hice a Rafa un día en el que estabamos haciendo la recuperacion de una evaluación 5 personas mientras daba clase, que aunque estaba situado al lado de su mesa conseguí sacar 2 hojas y meterselas en el examen. Ahora pensaréis que Rafa marcaba los folios en los exámenes, pero es que mis folios tambien estaban marcados por él :D.
Aún recuerdo esa sensación del primer cambiazo y los nervios porque me pillasen, pero es tan que lo contaré en un post, sólo deciros que la sensación al conseguirlo es una especie de orgarmo :P
O de fingir un orgasmo.
Jajajaj Gutxo, te acuerdas de lo de las gafas y la montaña rusa?
Yo solo intenté copiar una vez y cuando volví la cabeza para adelante me encontré con el careto de la que daba lengua en segundo de BUP (Merchi??). Entenderéis por qué no lo he vuelto a hacer.
Lo que si que hice fue bastantes chuletas pero en la uni.
Una causa tan loable, amen que profunda, queda reducida a las batallitas de colegiales imberbes y orgasmos con careta... Qué vida tan p...!
Felicidades por este post.
Por cierto, mi amigo Ignacio rebate desde su blog tu comentario hecho en el mío (qué lío, debe ser una mentira...). Lo cito:
"..... por cierto Victoria, dile a tu hermano que no tiene razón, que a las degracias comentadas por tí, sumale la muerte del padre de mi ex-jefe y la matanza escolar en EEUU.....(que no sé como no ocurre una de esas aquí en Francia).....esperemos que ahora si se cierrre el circulo!!!"
Eres la hermana de M€? Qué esperas de nosotros si tenemos que clickar en "tonterias" para dejar un comentario?
Eso. Además, yo no critico los comentarios pseudosesudos que te dejan en tu cosa. Lo mejor de la vida es llevar lo complicado a lo fácil, lo real a lo absurdo, la verdad a la mentira, la mentira a la verdad...últimamente doy un asco tremendo.
gracias señor mauro, como fan, te estoy agradecido, y quisiera comentar algo a mayores de tu post, y que pasa cuando uno se miente a uno mismo, o miente acerca de si mismo, y al cabo de un tiempo lo hace real, sería una mentira cuando el protagonista y transmisor de la misma se la cree...
o seguiría siendo una mentira.
Atentamente
P.D. por favor estos me gustan, pero vuelve al humor.
por supuesto quise decir victoria, como tu otro yo.
Me gustaba más Hristo de la Vicotría, pero como tu quieras.
A riesgo de que no todos me comprendan os dejo unas citas:
Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo.Voltaire
Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.Martin Luther King
Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.Michel Eyquem de Montaigne
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.Albert Einstein
Y por último mi preferida:
Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.Johann Wolfgang Goethe
pues no ,lo del bolboreta no lo hice yo,pero que sepas que es un local de ambiente de pontevedra donde pincha el hermano de popaula (muy asqueroso),tb pinchó en trapitos y joyas otro sitio sospechosamente gay donde a lo mejor tocamos,te dejo documento grafico adjunto de este gan dj,popaulas bro.....vas a flipar
http://www.fotolog.com/trapitosyjoyas
lo que no entiendo es porque le han dejado un mensaje a gerardo.....mmmmm
si,....son los que van vestidos de esqueleto....
La mentira no te lleva a ningún lado. La mentira piadosa o "mnetirijilla" es necesaria siempre que se utilice para no hacer daño. Yo creo en la verdad y me siento bien haciendo de ella una forma de vida. Todos nos vemos obligados a mentir a lo largo de nuestra de vida, pero hay pocas cosas que duelan más que la mentira, la traición, la falsedad cuando éstas provienen de gente a la que quieres. El hombre, como decía Rousseau es bueno por naturaleza, pero se tuerce porque la vida no es rectilínea. La mentira está por todas partes. Es uno de los cánceres de esta sociedad, de la vida. Aunque a mi lo que más me molesta no es la mentira, sino la omisión de la verdad. A menudo hablamos mucho y no decimos nada. Lamento no haber dicho cosas a gente que no volveré a ver, lamento que la gente desaparezca sin haberles dicho jamás esas cosas que tanto cuestan. Reconozco que hay mentiras que me han gustado, y las prefiero a la verdad. Prefiero un "te quiero" mentiroso que un "te odio" verdadero. Nadie me dará trabajo si no miento, no tendría amigos si dijese siempre la verdad, pero creo en la verdad, y la intentaré decir siempre,porque la verdad nunca me avergüenza, aunque si un día la verdad te puede hacer daño, quizás te mienta
Bonjorno, diariodeunguapo.blogspot.com!
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