Dicen que tan importante es saber perder como saber ganar. Incluso si sabes y ganas, mejor, porque puedes ir a "Saber y ganar" y golpear fuerte contra la cara de Jordi Hurtado por ser tan sonrisitas al formular sus preguntas guays. Las victorias suelen conllevar un aumento del ego, de la autoconfianza, de la autoestima; en resumen, ganar es honor. Y hoy en día, las derrotas se ven desde la pérdida de todo. Vamos, que no sabemos perder.
Cristina Villanueva, periodista de la Sexta, escribía el otro día en el Sport (ya véis, uno que se culturiza en Sogecable) sobre este mismo tema. Hacía referencia (bastante manida ya) al rugby. Ese juego que, como dicen, es un deporte de villanos jugado por caballeros, al contrario que el futbol, que es un deporte de caballeros jugado por villanos. Y es que en el rugby, donde dentro del campo es condición indispensable derribar al contrario, placarlo, quitarle los dientes al impactar tu hombro contra su boca, derramar la sangre del rival por el cesped y evitar a toda costa que el balón/melón pase sin dificultades la línea de gol, una vez que se acaba el partido, el derrotado le hace el pasillo al vencedor y luego todos se van a tomar unas cervezas (pintas) en la disputa de lo que se llama "el tercer tiempo".
Se habla del honor del derrotado. Del saber reconocer quién ha sido mejor y felicitarle por haberte vencido en el campo de batalla. Villanueva pedía lo mismo en política. Que en campaña electoral valiese el empujón, el placaje, el marcaje férreo a la estrella mediática de turno, pero siempre desde el juego limpio y el honor. Ejemplos como el de Baltar u otras lindezas que se han podido ver en la campaña electoral gallega sólo resta credibilidad no al que pierde o al que recibe los golpes, sino también al que los ejecuta desde su atril.
Con el resultado de ayer se ha demostrado que el BNG no estaba preparado para gobernar. Quiso dibujar con una tiza de color blanco impoluto una línea que separase lo que era Galicia con lo que ellos querían que fuese. Y el PSOE poco pudo hacer. Bueno, o poco hizo. Parece mentira que en lugar de alinearse contra el eterno poder de la derecha gallega (muy rural, caciquista y poco social), se dedicaron a remover las tripas del electorado proponiendo cambios recién llegados al Gobierno que sólo les hacían perder votos. Abuso de poder, en algunos casos. Cambios forzados lejos de una realidad que no es la de otras Comunidades. Errores de bulto que hoy nos traen a Feijoó a la Xunta con la mayoría absoluta debajo del brazo. Bien les está.
Yo admito que estoy a favor de los cambios de ideologías en los Gobiernos. Un poco de derecha, un poco de izquierda, un poco de centro... pero parece que en la práctica esos cambios sólo se producen para peor. Pero es lo que hay.
Y ese honor en la derrota seguro que no lo vamos a ver. Los que se van no harán pasillo, no reconocerán sus errores y no se irán a degustar un tercer tiempo, pero ni siquiera entre ellos.
Lo mismo en el fútbol. La absurda guerra abierta norte/centro entre dos tipos de prensa que monopolizan la información termina por aburrir y desesperar a cualquiera. Muchas veces rezo porque me toque cubrir la información de otra cosa que no sea Barcelona o Real Madrid. Aburren a la gente normal. A los que lo ven divertido y nada machacón les sirve para jugar a hacer vídeos ocurrentes con frases superoriginales que nacen de mentes perturbadas y alejadas, en muchos casos, de la ética periodística y de la mera información, que es lo que debería interesar.
Yo, desde hace años, aprendí a perder. Si de pequeño no soportaba no ganar al parchís o a las cartas y tiraba las piezas de la mesa, el paso de los años y las graves derrotas del equipo del colegio en el que yo era portero me hicieron ver las cosas de manera diferente. Sigo sin poder aprender a perder, pero trato de ver la parte positiva de la derrota. Hoy por hoy, en varios frentes, tengo varios partidos en los que puedo perder. Trataré, en el caso de hacerlo, de hacer un pasillo digno al vencedor y de tomarme unas cañas con él si hace falta.
Fuerza y honor, amigos.
Casualidades
Hace 2 años
14 comentarios:
Dicen que de los triunfos no se aprende nada, y que en las derrotas se aprende a valorar el aunténtico éxito. Cuando pierdo en algo (menos en el Trivial, a eso no puedo perder, es superior a mis fuerzas) entiendo que lo que me queda -lo que no he perdido- es mucho más importante. No sé si me he explicado, pero en fin... Viva el fracaso que nos hace valientes por seguir intentándolo, muerte al triunfo constante, que es un ignorante.
Dicen que de los triunfos no se aprende nada, y que en las derrotas se aprende a valorar el aunténtico éxito. Cuando pierdo en algo (menos en el Trivial, a eso no puedo perder, es superior a mis fuerzas) entiendo que lo que me queda -lo que no he perdido- es mucho más importante. No sé si me he explicado, pero en fin... Viva el fracaso que nos hace valientes por seguir intentándolo, muerte al triunfo constante, que es un ignorante.
Por si no quedaba claro.
"Lola on the road"... no será en un coche conducido por ella. Lo sé, golpe bajo, pero eso sí que es derrota que jode, ¿no? Muahahahha. Lo siento, te debo una flor o algo que se equipare en cursilería.
Que post más completo amigo M€: política, fútbol, rugby, presentadoras con cierto aire sensual, me gusta me gusta.
Como dice Elena, de las derrotas se aprende, aunque yo prefiero aprender ganando. Si es que soy gente "anormal", vease del Real Madrid, con lo que soy un ganador nato.
Ahí queda eso, jajaja!
Un abrazo pecador.
Hombre, la política es una cosa y el fútbol otra. El fútbol no importa ni aporta nada. Sólo es una atracción. Quienes deben saber perder y ganar son sus protagonista, es decir, jugadores y cuerpo técnico y los aficionados que van al campo. El resto nos dedicamos a disfrutar del espectáculo, de los triunfos de nuestro equipos y por qué no, de las derrotas ajenas. No es más que un espectáculo, máxime al nivel de Real Madrid de España y Barça, a quienes una derrota no les supone ningún problema. En cuanto a la política, a mí no me interesa apenas, pero si ganó el que más votos recibió, bienvenido sea.
M€, has vuelto.
Has dejado atrrás la etapa franpereana!
Cuidao que aún puedo volver a franperearme. Mucho cuidado, ¿eh? No te confíes.
Sobran las palabras...
...lo que viene a ser lo mismo que: no estoy inspirada pero quería dejar un saludo. jeje
Jajaja, me parto con lo de Fran Perea, son la guitarra y todo.. ¿tú eres el hermano feo de los serrano?
Anónimo, has acertado. Pero soy el hermano gaupo de Fran. Imposible, yo diría que no. Revélate...o rebélate...
Que soy yo hombre... era una bromaaaa, guapo!!!!! ¿Yo? Siempre rebelar, ja.
Mira, la Iguana esta qué guay es.
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