Nueva Vida

Parece que todo se confirma. Mi vida en Madrid era un caos cogido con pinzas en una cuerda de tender en una tarde de viento y lluvia que se extendía a lo largo de meses, pero parece que ha recuperado la esencia del primer día.

Lo primero para enderezar las cosas era conseguir un piso en el que vivir yo solo; conseguido. Ha sido un largo trámite en el que he sumergido a mi padre, a I.P. y a todo el que se ha integrado en mi vida en estas últimas semanas. Pero el 1 de noviembre, día de Todos los santos, será recordado como el día en el que hice una mudanza preciosa para empezar una nueva vida en un piso, algo que no me ocurría en los últimos 3 años y pico.

En Tutor, mi antigua casa, he vivido mi mejor versión de Madrid. Por lo completo de todo, me refiero. Amores y desamores, fiestas, entierros, trabajos horribles, trabajos maravillosos, amigos, compañeros de piso que no limpian, compañeros de piso mutados en amigos... La virtud del piso compartido ha estado en esta habitación y en este salón, y en esta cocina, y en este pasillo en forma de "u", y en este baño pequeño y en esta cocina que le costó tener una pinta decente. Pero estaba claro que mi vida se había acabado; una etapa más que había terminado.

Ahora viviré en la calle Hernán Cortés, entre Fuencarral y Hortaleza. Malasaña y Chueca, dos de los espacios madrileños en pleno centro de Madrid que me regalarán, espero, nuevas vivencias. La calle es pequeña, con solo un carril para el tráfico, justo el último en el que se puede circular en Fuencarral antes de convertirse en peatonal. Cerca tengo Malasaña, el mercado de Fuencarral, la Gran Vía, Bilbao, Alonso Martínez... Dejo atrás la Plaza de España y Princesa, pero ya las había vivido y recorrido demasiado. La casa también es pequeña, sobre todo la cocina, pero es tan cómodamente habitable que no sé qué voy a hacer estos últimos cuatro días en Tutor, sino echarla de menos hasta que me traslade.

En lo laboral, he firmado un contrato hasta el 1 de noviembre, pero el siguiente, parece ser que será hasta el 31 de marzo. Luego, Dios (Maradona o Messi) dirá. Lo importante es sentir la sensación de la continuidad en un lugar, la tranquilidad de trabajar donde te gusta y dejar atrás la eventualidad que ha regado mi vida últimamente. En el Plus todo está en ebullición; la mala situación económica ha desestructurado muchas cosas por ahí; gente que se ha ido, gente que no ha llegado, un programa nuevo y los de siempre.

En lo deportivo, tengo un equipo de fútbol. Lo echaba de menos, la verdad. Ahora formo parte de la plantilla del equipo de Canal Plus Liga de la liga de medios. Nos enfrentaremos a otros compañeros de profesión en Futbol 7. Lo necesitaba; necesitaba una razón para volver a hacer deporte, y no me valía con las palabras como "buena vida", "vida sana" o "deporte para ser mejor persona". Quiero competir. Solo eso. Noté el cambio en mí y en mi vida el día que empecé a competir.

Creo que le pondría una fecha más o menos al día que empecé a competir. Fue en COU, después de empezar a jugar regularmente en el equipo de Rosalía. Después, el equipo del colegio mayor y el que formamos cuando nos fuimos, me acrecentó esa obsesión por jugar compitiendo. Y lo echaba de menos. Mucho. Madrid no me había dado oportunidades para hacerlo, pero por fin sí.

Nueva vida. Nuevas cosas. Mejores que lo de antes, espero...

¿Qué Hacías...?

Es muy recurrente en las efemérides recordar qué pasaba alrededor. Se han hecho programas, sobre todo en la 1, que giraban en torno a lo que rodeaba un suceso. "En 1975, Franco moría. En ese preciso instante, María hacía la comida". Bien, pues me he puesto a recordar qué hacía yo en alguna fecha señalada. Y todo viene por lo siguiente...

Ayer, en la redacción, pululaba entre las cabinas de montaje (parece que trabajo en una fábrica de coches al escribir estas palabras...), uno de los espacios con poca luz. Se supone que esa penumbra, de la que se quejan muchos (incluso un becario me dijo hace un mes que si no era posible hablar con alguien para que encendiesen completamente las luces. Iluso...), es para facilitar al realizador la apreciación de la imagen, del color... en fin, una patraña. Pues ahí estaba yo buscando una cabina libre para adelantar trabajo. Después de encontrarla y marcar el territorio (allí lo hacemos abriendo la sesión del programa para el que estamos trabajando y conectamos los cascos), me dirigí a la mesa en la que estaba sentado.

Me la habían robado, algo habitual, pero perdoné a ese malhechor y me quedé de pie hablando con dos compañeros. "¿Te has enterado de la noticia del año?". Yo, ignorante y cateto, pero con los deberes hechos, ya que había seguido la información de la muerte de Gadafi, respondí: "¿La muerte de Gadafi?". "No, coño", me respondió uno de ellos con los ojos directamente posados en mi cara de listo. "Que ETA ha declarado el cese definitivo de la actividad armada". Antes de reaccionar, me di cuenta de que esas palabras tan bien enlazadas no eran casualidad, sino que las acababa de leer en algún medio digital. "¿Cómorrr?", espeté raudo dándole ese tonillo chiquitista a la palabra. Así era, ETA anunciaba que dejaba de matar.

Algún día contaré que en el momento en el que ETA se "rendía" yo estaba más pendiente de la Copa de la UEFA, de los partidos que tenía que ver y de encontrar una cabina. Esa fue la reacción general. "Vaya, ETA nos regala un momento histórico y nosotros con la puta UEFA", soltó alguien desde una mesa cercana. "Cuando recuerde este día, diré que estaba minutando partidos de UEFA...", dijo otro. Y ahí se encendió la mecha.

El 11 de septiembre de 2001, el primer hecho con repercusión histórica que he vivido (creo), lo tengo más o menos controlado. Resulta que había acabado los exámenes de septiembre el día anterior, o algo así, y estaba tan contento en mi habitación de Vigo. Al encender la tele, me quedé flipado al ver aquella torre incendiada. Ese día estuve bastante atento, pero en mi cabeza solo hay hueco para mi absoluta insensibilidad. Se rumoreaba que la jornada de la Champions League se iba a cancelar. Yo, indignado e inconsciente, hacía lo que es habitual en los egocéntricos como yo: quejarme de la mala suerte de no poder disfrutar del fútbol por no sé qué cosa que ha pasado al otro lado del océano.

Se jugó un partido, el Roma-Madrid. Lo vi. Pero también recuerdo la sensación de incomodidad por mi estúpida queja solo unas horas antes. Evidentemente, se cancelaron el resto de partidos. Ahora me avergüenzo de ser tan imbécil...

Dos hechos históricos relacionados con el fútbol. Si es que es lo que tiene el destino...
2009 Vida De Un... - Powered by Blogger
Blogger Templates by Deluxe Templates
Wordpress theme by Dirty Blue