Protocolo De Repaso

Dejadme adivinar... en los próximos días nos veremos inundados por maravillosos recopilatorios del año que nos deja. El punto de partida, el 1 de enero de este año que se acaba; el punto final, el mes de diciembre. El origen, televisiones, radios, gente individual, blogs, personas en su intimidad. Desde los medios, del fin de ETA hasta Rajoy; desde las personas, lo bueno y lo malo.

Ya lo decía Mecano, hacemos balance de lo bueno y malo (5 minutos más para la cuenta atrás). Y ahí, las mentes, las "cabezas pensantes", haciendo un esfuerzo sobrehumano para repasar sus filias, fobias, felicidades y tristezas del año. Una actividad que se hunde en lo más protocolario dentro de la época más protocolaria del año. Porque es Navidad (así, con mayúsculas), la natividad, el nacimiento de Cristo, según la religión católica; y, como esta, hay que actuar protocolariamente. Y ahí entra el repaso al año que dejamos.

Sabemos que estas fechas no son más que fiestas paganas que se hicieron coincidir con las cristianas para callar bocas y celebrar todos a la vez algo. Yo, no católico, no cristiano, no creyente y mucho menos practicante, he dicho más de una vez que no celebro nada religioso, sino que coincide que el calendario me ofrece la oportunidad de estar con mi familia. Sobre las fechas en concreto se cierran actos y celebraciones. Alguno me ha dicho que mucho no creer, pero que cuando llegan las Navidades, bien que las aprovecho... Demagogia pura y dura.

Realmente, para mí esta época del año se concentra en el cambio de número. Ahora, seremos 2012. Y como sufrimos un cambio, hay que hacer el manido repaso. En el fondo da igual; el cambio de año no coincide ni con un cambio estacional, solo con algo psicológico que tenemos muy aprendido y muy aprehendido, hasta tal punto que terminamos por creerlo.

"A mí me van mejor los años impares", he llegado a decir. "En los pares suelo suspender asignaturas...". Sí, claro, será por la terminación del número, caradura... Es cierto que lo que nos rodea, en plan galáctico y místico, se ve influenciado por el nuevo año, ya que existen cambios de esos incomprensibles para una mente de letras como la mía que nos afectan, queramos o no. Más allá, por supuesto, de los dictámenes del horóscopo y del destino, esos clavos ardiendo cuando las cosas no nos salen bien.

Perdón, que fallo en el protocolo. Hablaba del repaso general, de la ITV de cuerpo y mente, que hacemos en estas fechas. Todo con el fin, supongo, de fustigarnos si hemos sido malos y felicitarnos a nosotros mismos en un acto de onanismo puro si hemos sido buenos. Y cuando suene la campanada número 12, a brindar porque si hemos sido malos, este año nuevo seremos mejores; y si hemos sido buenos, porque lo seamos más. Mucho más. ¡¡Chin chin!!

Yo, en mi repaso particular, me pasa lo de siempre: este 2011 he ganado dinero y lo he perdido; he sido feliz y he estado triste; he sido buenísima persona y he sido un cabronazo; he amado al prójimo y lo he odiado con toda mi alma; he trabajado mucho y he vagueado como el que más; he hecho sentir bien a gente y he hecho sentir horriblemente mal a otra; he ido al baño por la mañana y alguna vez por la noche; he viajado en tren, avión, coche, metro, bus y a pie; también he estado tirado en el sillón; he tenido tantas veces ganas de levantarme como las he tenido de pasar el día en la cama; me he cortado varias veces el pelo y me lo he dejado crecer sin ton ni son; he hecho muchas cosas y he dejado de hacer otras tantas; he escrito post y he dejado de hacerlo; he mirado bien a algún desdichado de la vida y he mirado con el desprecio del superior a otros iguales; he hablado con gente que me cae como el culo y he obviado la palabra a los mismos; he mentido y he dicho verdades; he dicho verdades para hacer sentir bien y las he dicho para hacer sentir mal; he dicho mentiras para hacer sentir bien y las he dicho para hacer sentir mal.

Vamos, en resumen, una X. Seguramente como todos, solo que por naturaleza tendemos a quedarnos con lo bueno o con lo malo, depende de cada cual. Yo, me empato. Así de chulo soy.

Felices fiestas con Freixenet y aprovechadlo, que en menos de un año empieza el fin del mundo, MUAHAHAHAHAHA (risa maléfica que, por escrito, queda ridícula...).

1 comentario:

Bell2 dijo...

Pues sí, una X. Este año yo también me quedo con el empate, pero no porque todos los años sean de empate (de hecho, mis dos años anteriores fueron ganadores) sino porque el 2011 ha sido revuelto y desordenado. Mucho, demasiado. Y eso significa que lo bueno y lo malo (y lo regular) ha estado tan mezclado que, al hacer el balance, es muy difícil separarlo.
Me quedo con un viaje al este y otro al sur con los que pude desconectar. Y un último al norte que me ha dejado respirar.

Yo hago recuento y me pido para el 2012 ponerle ilusión y ganas, desde ya y sin desesperarme, a lo que empezó con tanta intensidad y ahora en parte la ha perdido. Al fin y al cabo, el 2011 me ha enseñado que lo que empieza por casualidad sí funciona.

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