El otro día, rebuscando en mis cajones, encontré una libreta en la que tomaba apuntes en segundo de carrera, en Derecho. La asignatura, Derecho Constitucional II; la profesora... A.G. (dejémoslo así, que Internet es muy traicionero). Esto es lo que recogía aquel día en un aula de Derecho en Santiago (totalmente verídico):
"A.G. porta hoy unos bellos ropajes; un estupendo conjunto de pantalón 'maprietaelculo' y un jersey 'notevoyaenseñarná'. El pantalón es de color gris oscuro y el jersey es de ese color inclasificable que se acerca al púrpura pero que jamás nadie se atreverá a ponerle un nombre exacto.
El jersey se ve adornado por un collarcito dorado que nuestra protagonista porta en su cubiero cuello (por el jersey, que es de cuello alto). El pelo está recogido (y suponemos que lavado) y lo hace con un broche 'keloflipas' que le ayuda a retirarse el cabello de su cara leve y elegantemente maquillada.
Está de pie sobre el estrado que preside la clase, algo que le daría algo de autoridad de no ser porque es ella, la G., la mujer que un día se chapó varias lecciones de Constitucional y ahora las dicta, intercalando entre frases su ya mítico "¿mng?", inigualable e irrepetible por otra persona que no sea ella.
En los días como hoy es cuando te preguntas si las clases valen la pena, si merece la pena ir a clase sólo para escuchar cómo A.G. te dice cuatro paridas que jamás será capaz de explicar. Son de esos días en los que las mujeres se sienten orgullosas de ser mujeres, los hombres se alegran de que las mujeres se enorgullezcan de ser mujeres, el oso Yogui goza por vivir en un parque natural tan mal vigilado como el de Yellowstone, los pajaritos emigran a otras tierras, la mayoría del PP nos atrapa, el fuego se quema, el agua se moja, el pez nada, la vaca todo, los chicos guapos se compran cremas para su cara, las chicas guapas se compran cremas de depilar, las gordas adelgazan, las delgadas también y todos son muy duros y guais.
Creo que con estas pinceladas os podéis imaginar que es un día que marcará el inicio de una época, uno de esos en los que te encuentas en una casa que no es la tuya pero que no huele del todo mal y en la que la gente te mira raro. Llego así a la conclusión de que Ricitos de Oro hizo mal en comerse la sopa de los tres ositos, que, como todos los osos, son unos lurillas y se cabrean, y no me extraña, ya que si una fulana rubita acaba con tu sopa merece morir. Además, ¿qué hace una niña sola por el bosque y sin caperuza roja? ¿quién le manda entrar en una casa que no es suya? ¿por qué lleva esos ricitos tan guais?
Todo esto lo consigo gracias al ralle de la G., pero creo que lo que viene aquí es más interesante que lo que ella dice".
Madre mía... 20 años y la inocencia perdida. Eso es lo que tiene ir a clase solo a las 4 de la tarde. En fin, ¿por qué no me quiero dedicar al Derecho...?
Casualidades
Hace 2 años
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