En Presente

Este es el punto de partida. Es diferente al que era ayer porque me he ido desplazando con el paso del tiempo. Lo que ayer era de un color, hoy se torna transparente y se esconde del sol para no perder el poco cuerpo que le queda. Si ayer fue material, tenía indicios de existencia, tenía pruebas de conocimiento, hoy es distinto, extraño, ajeno.

Se aleja como lo hacen los días que se escapan del presente. Ese mismo presente que no existe. Es que el otro día me enteré de que el presente no existe, es sólo una línea temporal trazada con tal cuidado y afinación que no se puede representar materialmente. Lo que es ya fue y lo que será ya lo es; a lo mejor no es lo mismo, pero lo es.

Y en ese trámite, en ese levantarse a por el papel, coger un boli y anotar unas cuantas cosas, el pasado ha cubierto con su manta al presente y lo ha vestido de blanco y negro, de imágenes pasadas de fecha y caducas. Igual que el punto de partida. Ya no es el mismo porque las condiciones no son las mismas. Las palabras que se dicen en el presente alzan el vuelo hacia atrás y se escapan con el viento que sopla desde una esquina cualquiera.

Y así me veo yo. Me encuentro mientras observo los movimientos del resto de la gente desde lo alto de la azotea. Con unos prismáticos soy capaz de leer mi gesto y saber que ya pertenecen al ayer y que no volverán. Que se pudrirán entre los recuerdos de aquellas cosas que se pierden por ser poco importantes. Yo, poco importante. ¿Quién me habría dicho a mí que me convertiría en algo poco importante? Supongo que tuve que llegar hasta el futuro para darme cuenta de que en el presente, vestido de pasado, había cedido mi importancia a otro.

Desde esa misma azotea me vuelvo a ver a mí, pero no es el mismo de antes. Ni siquiera es el del presente, y mucho menos el del futuro. Es el que decidió hacer algo en un momento determinado que yo no hice. Él sí, el decidió levantar la mano durante dos segundos más y eso le llevó hasta donde está ahora y no hasta donde estoy yo. De manera imperceptible para los demás, se alejó de mí y siguió su camino en otra realidad. Pero hoy nos acostamos en la misma cama, yo en la derecha y él en la izquierda, y hacemos un repaso a lo que hemos hecho hasta ahora por separado. Y me comenta que ha conocido a otros que ni siquiera levantaron la mano cuando nosotros lo hicimos. También me cuenta que ha conocido a otros que levantaron, como nosotros, la mano, pero lo hicieron durante más tiempo. Me habló de otros que ya no están, que desaparecieron cuando aún éramos unos niños y que tomaron otras decisiones.


Me quedo tumbado durante unas horas en la cama. Al lado ya no tengo a nadie. Quizás, el encontrarse conmigo le haya cambiado su forma o su esencia. A mí me ha cambiado la perspectiva. Ahora sé que no hay presente, porque ya ha pasado. Que cada gesto que pierdo por la torpeza de mis movimientos se convierte en la evolución para otro. Otro como yo, pero que aún no se ha dado cuenta de que el presente que yo vivo es su pasado, igual que el mío.

Y yo con estos pelos...

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Que trascendental te has puesto, que barbaridad!
Hablas de levantar la mano en plan "Blak Power" en un podio en las Olimipiadas'
O es en plan la profe pregunta por los afluentes del Miño, levantas la mano, pero poco tiempo, la bajas y no respondes a la pregunta, que te haría tener un 10 en geografía, lo que hubiese significado una motivación extra, acabar con una expediente de 10, que te lamasen de Oxford, ir a estudiar al Kings College, licienciarte con Matrícula, ser el ganador más joven del premio Nobel, tener el mundo a tus pies.
Es lo que tiene un aleteo de una mariposa en el Pacífico.
Que tonterías.
Salud.
Ala

Anónimo dijo...

Uy! Quién hubiera dejado la mano levantada un rato más si la consecuencia hubiera sido ese futuro/presente/pasado.

En mi carrera anterior aprendí que el presente está supravalorado. Mis palabras se van quedando desfasadas al microsegundo de escribirlas. Y lo que ahora es mi presente, deja de serlo en cuanto lo envíe y cuando lo leas será el tuyo.
Mi pasado de hoy será comer tortilla de papas y ver una exposición fotográfica sobre Chaplin.

Este sería un buen tema para un corto. A lo mejor no eres tan poco importante y me sirves de muso.

M€ dijo...

Bufff, menudo rollo que he soltado, ¿no? Es que estoy leyendo un libro chungo y aún encima el otro día me dicen que el presente no existe...uno no es de piedra; sí de hojalata, pero no de piedra.

Anónimo dijo...

a mi siempre me ha gustado tu lustroso cabello

Anónimo dijo...

Pero tienes corazón, señor de hojalata

M€ dijo...

Y un corazón que no me cabe en el pecho de lo feo que es.

Anónimo dijo...

Pues habla con alicia, y cuando vuelva de su pais marabilloso que te lo mire!

M€ dijo...

Alicia tiene una orden de alejamiento que le impide acercarse a mí a menos de 50 metros. Zorra loca.

Anónimo dijo...

Se llama esquizofrenia, Mauro, hablar con tus yos pasados, presentes, paralelos, imposibles o supuestos. Pero qué sabia es la locura cuando te hace tomar conciencia de los millones de nanosegundos derivados en los que se basa tu existencia. Dice Elena -la que no te escuchó aquel día de Primavera- que no te aprecia nada (claro).

Anónimo dijo...

La esquizofrenia (del griego, schizo: "división" o "escisión" y phrenos: "mente") es un diagnóstico que describe un grupo de síntomas y signos que están presentes en algunas personas. Se caracteriza por una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.

Una persona con este diagnóstico por lo general va a mostrar un pensamiento desorganizado (laxitud asociativa), delirio, alteraciones perceptuales (alucinaciones), alteraciones afectivas (en el ánimo y emociones) y conductuales. Los síntomas de la esquizofrenia son muy variados, lo que sugiere que se trataría de varios trastornos, y no de uno solo. Ninguno de estos síntomas es patognomónico de esta condición, lo que dificulta el diagnóstico.

Anónimo dijo...

No mezclemos!
El pobre m€ es simplemente una víctima más de la violencia feminista, siendo acosado por Alicia, sin que nadie haga nada.
Algún día tendremos una desgracia, y será ahí cuando nos llevemos las manos a la cabeza y nos preguntaremos por qué no habremos hecho nada antes.
Pero entonces será demasiado tarde. M€ se encontrará entonces sin su feo corazón.
¿Qué será de él entonces?
Ay amigos, hagamos algo antes de que nos tengamos que arrepentir.
Luchemso por las injusticias, luchemos por un M€ libre!

M€ dijo...

Vaya, cuando me llamaban esquizofrénico pensé que se referían a que puedo leer el pensamiento de los demás. Pero lo que dice kraepelin (por cierto, identificación, por favor. Ah, E.R., te pido disculpas) es cierto. De hecho, me atrevería a decir más. Yo diría que La esquizofrenia (del griego, schizo: "división" o "escisión" y phrenos: "mente") es un diagnóstico que describe un grupo de síntomas y signos que están presentes en algunas personas. Se caracteriza por una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.

No obstante, por otra parte y a lo mejor, una persona con este diagnóstico por lo general va a mostrar un pensamiento desorganizado (laxitud asociativa), delirio, alteraciones perceptuales (alucinaciones), alteraciones afectivas (en el ánimo y emociones) y conductuales. Los síntomas de la esquizofrenia son muy variados, lo que sugiere que se trataría de varios trastornos, y no de uno solo. Ninguno de estos síntomas es patognomónico de esta condición, lo que dificulta el diagnóstico.

Pero bueno, no sé.

Anónimo dijo...

Creo que no es correcto del todo.
La definición viene a ser algo así como:
La esquizofrenia (del griego, schizo: "división" o "escisión" y phrenos: "mente") es un diagnóstico que describe un grupo de síntomas y signos que están presentes en algunas personas. Se caracteriza por una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.

Una persona con este diagnóstico por lo general va a mostrar un pensamiento desorganizado (laxitud asociativa), delirio, alteraciones perceptuales (alucinaciones), alteraciones afectivas (en el ánimo y emociones) y conductuales. Los síntomas de la esquizofrenia son muy variados, lo que sugiere que se trataría de varios trastornos, y no de uno solo. Ninguno de estos síntomas es patognomónico de esta condición, lo que dificulta el diagnóstico.

Y la identificación.... Kraepelin, quien en 1887, luego de largas observaciones entre sus pacientes, logró sistematizar una buena cantidad de entidades psicopatológicas que estaban confusas hasta entonces y distinguió una forma de “demencia” que aparecía en los jóvenes (a diferencia de la demencia senil), separándola de otras formas de insanidad mental, como la locura maníaco depresiva. A esta “demencia” le llamó “dementia praecox”, subrayando con eso su curso deteriorante y su precocidad. Le dio mayor importancia a los síntomas “negativos” como “debilitamiento de la voluntad” y la falta de un “desarrollo personal”.
Que más quieres, el mismísimo doctor que primero diagnosticó esta enfermedad escribe en tu foro y lo tratas así?
Ay, ay, ay... que poco se respeta ya a los mayores!

M€ dijo...

Ah, y por ser mayor y diagnosticar una enfermedad ya te crees que eres mejor que los demás, que crees, ¿que tu mierda no huele? Venga, don Doctor baja de la nubes. Gracias a Zapatero ahora todos somos iguales y ya no sufrimos esas cosas de "tu sitio, mi sitio", "tu cara mi puño" o "la cartera o la vida". Él, el Obama blanco (si es que Obama es negro, alog que está por demostrar), ha logrado más cosas de las que ni él mismo se imaginaba. ¿Y Aznar? Más, aún. Así que, doctor, supongo que te harás llamar así porque tienes un doctorado y poco más.

Maldita sea. Además, ya sé que Kraepelin, quien en 1887, luego de largas observaciones entre sus pacientes, logró sistematizar una buena cantidad de entidades psicopatológicas que estaban confusas hasta entonces y distinguió una forma de “demencia” que aparecía en los jóvenes (a diferencia de la demencia senil), separándola de otras formas de insanidad mental, como la locura maníaco depresiva. A esta “demencia” le llamó “dementia praecox”, subrayando con eso su curso deteriorante y su precocidad. Le dio mayor importancia a los síntomas “negativos” como “debilitamiento de la voluntad” y la falta de un “desarrollo personal”.
Es evidente.

Anónimo dijo...

Ya estamos con las malditas igualdades. Venga ya, me vas a decir que un blanco es igual que un negro. Que un hombre es igual que una mujer. Que un rojo es igual que un facha. Que un guapo es igual que un feo.
Ja!
Eso es lo que nos quieren hacer creer aquellos que son inferiores, que no quieren asumir que hay una raza superior.
Si señor, existe vida inteligente ahí fuera.
Y no me malinterpretes, la teoria mía, Kraepelin, quien en 1887, luego de largas observaciones entre sus pacientes, logró sistematizar una buena cantidad de entidades psicopatológicas que estaban confusas hasta entonces y distinguió una forma de “demencia” que aparecía en los jóvenes (a diferencia de la demencia senil), separándola de otras formas de insanidad mental, como la locura maníaco depresiva. A esta “demencia” le llamó “dementia praecox”, subrayando con eso su curso deteriorante y su precocidad. Le dio mayor importancia a los síntomas “negativos” como “debilitamiento de la voluntad” y la falta de un “desarrollo personal”.
Espero que esta vez quede clarito!

M€ dijo...

Jamás diré que un negro es igual que un blanco. ¿Qué te crees, que soy un racista? Exijo una rectificación por escrito y una gominola de sabor a sandía.

Y no me hagas hablar de los gitanos. Esos cabrones ladrones y sucios tienen los mismos derechos que tú y que yo. Y que no me entere yo de que alguien los insulta, ¿eh?

Anónimo dijo...

Intento hacer un comentario con lo que tengo presente en mi mente, y en cuanto comienzo a escribirlo, ya es pasado... Y así llevo días delante de la pantalla del ordenador, con su Blog frente a mis narices (tengo tres), con la ventanita de los comentarios dispuesta desde hace más de 100 horas!! Y no soy capaz de escribir nada!!

Al final, me he decidio por escribir lo que estaba en mi mente, y no lo que está, pero como ya es pasado, considero que ya no viene a cuento contaro (valga la redundante redundancia).

Por ello, y tras este breve paréntesis () emplearé mi hueco para demostrar que sé escribir en negrita, así como en cursiva. Por último, subrayaré algún que otro término.

[b]En negrita[/b]

[u]En cursiva[/u]

[i]Algún que otro término[/i]

Anónimo dijo...

Para hacerlo, hagan lo mismo que yo, escribiendo <> en lugar de []

Rabo!!

Rabo!!


P.D: Creo que estoy menos cuerdo que ayer, pero más que mañana. Luego mi presente es esto; es esta cuerda.

Anónimo dijo...

A ver...

En negrita

(u)En cursiva(/u)

Algún que otro término

Anónimo dijo...

La cursiva no funciona!!!

Anónimo dijo...

Recti-fico por escrito.

Alnitak dijo...

Niño, pues a mí tu rollo me parece de lo mejor que te he leído, pero es que soy fan de Cortazar así que los rollos, la superposición de espacios temporales y las auto-reflexiones en primera persona me encantan. ;-)

Ahora en serio: me ha encantado.

Anónimo dijo...

lo que no funciona es el subrayado!!!

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