El Tonillo

Lo admito. Me gustan los tonillos. También es cierto que me gustan los acentos. De hecho, me molesta cuando alguien me dice: "Eh, ya no tienes acento gallego". ¿Cómo que no tengo acento gallego? Será... La verdad es que me llaman la atención mucho los acentos de todas las Comunidades Autónomas. Eso de "ejqueeee", o "ños, chacho", o el particular asturiano... ay, me gustan sí; me gustan.

Pero a lo que iba: el tonillo. Empiezo por uno que no me gusta especialmente. Ese es el tonillo del reportero; ese de enviado especial, con el gran Enrique Zimmerman a la cabeza y seguido por miles y miles de voces anónimas que adquirieron ese tonillo para contarnos desde el cambio de divisas en Rusia, pasando por la llegada de las rebajas de verano, hasta las celebraciones en India porque una vaca molaba mucho. Lo malo es que es un tonillo pegadizo. Un día le pregunté a un profesor de una asignatura de televisión si pertenecía a un libro de estilo, si ese tonillo era algo obligado, si cuando llegabas a una redacción te decían: "Vale, amigo. Ya sé que no hablas así normalmente, pero en cuanto veas un micro tendrás que entonar de esta manera". Él me dijo que no, que era algo que hizo alguien una vez y que otros le siguieron; después, otros más; más tarde, aquel tonillo era una especie de peste que se había extendido por todas las piezas televisivas de España.

Tampoco me gusta mucho el tonillo del profesor colega. Es que hay películas que han hecho mucho mal. Una, Pretty Woman, que hizo creer a las mujeres de medio mundo que había un principe azul detrás de cada ramo de rosas por muy puta que fueses y a todos los hombres que encontrarían a la mujer perfecta detrás de la barra de un bar o, en su defecto, en un sórdido burdel. Otra, El club de los poetas muertos. Aquel Robin Williams recitando el "Oh capitán, mi capitán" y ese compadreo cuasi paternal con sus alumnos sólo consiguió generar un personaje abominable: el profesor colega. Y éste tiene también su tonillo; el tonillo cándido del que trata de ser tu amigo pero que sabes que te la va a meter doblada como le toques mucho las narices. Piadoso y condescendiente...

Más arriba decía que me gustaban los tonillos, ¿no? Y es verdad. El tonillo que ya conoces, cuando alguien que tienes calado te va a pedir un favor, o que hagas algo por él/ella. O el tonillo que te sale cuando el pecho se te hicha momentos algo de soltar una gran frase que revela que tienes mucha razón en lo que vas a decir. No sé, hay muchos tonillos. Pero tengo que destacar uno.

Imaginaros que estáis en la playa. El sol quema vuestro cuerpo y sólo la humedad acumulada en el pelo después de un buen baño te separa del infierno. Recostado en la toalla, como pantalla tienes el mar y un par de islas y gente, mucha gente que camina de una punta a otra de la playa mojando sus pies por la orilla. En ese trance, sólo una voz es capaz de devolverte a la vida. Un grito que alcanza tus oídos y se desliza a lo largo de tu cabeza. Sus ondas sonoras rebotan en su interior y abres los ojos. Pero no hay nadie; no divisas el origen de la voz. Piensas que lo has soñado, pero cuando vas a volver al relax, lo vuelves a escuchar. Te incorporas rápido pero sigues sin divisar nada. Esperas. Un poco más. Sabes que va a volver a pasar. Y ahí está: "Parisién y patatilla, barquillitooooi".

Entre toallas y sombrillas, entre pies y cabezas, una mujer de pequeña estatura y orondo cuerpo lucha contra el calor mientras lanza ese grito desesperado. En su brazo, como un bolso, porta una neverita en la que lleva bebidas; en la otra, un plástico transparente en el que guarda sus barquillos, aun frescos a pesar del calor. Una heroína de la modernidad, una mujer luchadora, que bajo su gorra de publicidad barata guarda litros de sudor. Pero siempre le quedan fuerzas para lanzar ese grito: "Parisién y patatilla, barquillitoooooi". Eso sí, lo hace con su tonillo. Gracias.

P.D: Algunos ya saben a qué grito y a qué tonillo me refiero. Si tú, maldito ignorante, lo desconoces, no lo dudes. Llámame, pregúntame, encuéntrame en donde sea y pídeme que te lo reproduzca. Yo, por caridad y porque eso no se extinga, lo haré encantado. Y lo haré con el tonillo, por supuesto.

3 comentarios:

Yaiza dijo...

Jaja. Oye, una mujer! Bueno, es que allá siempre son hombres muy morenos y con callos en los pies los que entonan eso de: "baaaaaaaarquillllllllossssssssssss, helados de fresanataychocolateeeeeeeee". ¿Parisién y patatilla?, ¿y eso qué es?

Por cierto, si no hay tonos en el manual de estilo, debería haberlos. En los medios audiovisuales si no entonas no eres guay, ¿sabes?

M€ dijo...

Ya, una cosa es entonar y otra copiar una entonación de reporterillo...

Alnitak dijo...

Parisién y patatilla???? Yo estoy con Yaiza, allí es "Baaaaaaaarquillo!!!!Fanta, Cola, Beer, Baaaaaarquillooo!!!!!" Y sí, siempre son hombres muy muy morenos, casi tanto como los hamaqueros...

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