Otra vez hace frío en Madrid. Pero mucho. Bueno, bastante. Desde hace dos semanas, más o menos, el tiempo ha empezado a cambiar e incluso a veces se atreve con amenazar con lluvia. Y caen dos gotas y para. Vamos, que no sabe llover bien Madrid. Y otra vez empieza a ser de noche muy pronto. A las seis ya necesitas andarte con ojo para no comerte una bolsa de basura mal apoyada en el suelo, un contenedor que te espera detrás de una esquina o un resto de post alimentación canina (manera fina, cursi, pedante y estúpida de decir una cagada).
Otra vez se puede llevar jersey, dos camisetas, un abrigo y una bufanda. Más que "se puede" es "se debe". Pero la ventaja de este frío castellano es que no te cala si te cubres. No es ese ambiente húmedo al que le da igual que lleves cinco capas de ropa; ese es mortal y, sobre todo, muy incómodo. Y otra vez la gente sale pertrechada con paraguas a la calle, como si les fuese a coger un chaparrón inesperado de unos... ¿cuatro segundos? Y otra vez más, el metro se llena de gente cuando las nubes amenazan un poco o cuando el frío incomoda el paseo.
Y otra vez la Gran Vía se ilumina antes de tiempo. ¡Es 1 de diciembre! Que no, que estamos a 30 de noviembre y los niños no han tenido tiempo de ver bien los anuncios de la tele para saber qué muñeca choni o qué mierda rapera se van a pedir. Porque, otra vez, los juguetes tratan de inculcar una cultura barriobajera de "juanis" de instituto, con uñas pintadas de morado, pendientes en el labio y tatuajes en el omóplato. Que está bien si tienes una edad, pero predestinar a las niñas desde los 10 años debería ser delito. Y el rollo "hiphopero", lo mismo. Muy bien si te gusta esa música y si te crees que eres del Bronx por llevar una gorra ladeada, pero espera a tener al menos pelos en los sobacos (por los niños, lo digo, aunque hay mucha chica moderna que se deja pelos. O no).
Y otra vez amenazan con regar las calles de villancicos por altavoces sin preguntar a la gente si les hace más feliz que sea Navidad dentro de un mes sólo por oir esos maquiavélicos sonidos. ¿Qué niños cantan esas canciones? Supongo que algunos alienados, de esos a los que sus padres llevan a castings para que salgan en la tele y terminen con la vida arruinada (tremendo el caso de Aarón Guerrero, el inefable Chechuuuuuuu, que aún le puteaban en la Universidad. Si eres un repollo con patas, mejor en la intimidad, y no en el supercombo "Médico de familia"- "Ana y los siete". Descanse en paz, pequeño príncipe).
Y otra vez, aunque esto lleva un tiempo, nos señalan el otoño vendiendo castañas por la calle. Otra vez ese olor te recuerda que tienes hambre y que no tienes un horno guay ni tiempo suficiente para hacerlas tú, en tu casa, con tu gente (odio esa expresión de "tu/mi gente". La gente es la gente, el resto es o familia, o amigos o lo que sea, pero no mi gente, malditos). Y otra vez me tengo que tragar 23 días de diciembre hasta irme a Vigo. ¿Alguien sabe para qué sirven los días de diciembre que vienen antes del 21 o el 22? Para nada, llegas cansado a las fiestas. Propongo un mes de 30 noviembre seguido de un 2o de diciembre, para prepararte y que no te pillen las fiestas en bolas.
Vamos, que otra vez lo de siempre.
Casualidades
Hace 2 años
3 comentarios:
Pues a mí me gusta todo menos el frío, hace demasiado incluso para que te lo quiten los abrigos (aunque totalmente de acuerdo con lo del frío húmedo), y tampoco me gustan las luces, o no tantas, cuando se supone que estamos en crisis ¿para eso si hay dinero? con eso me pagarían a mí un sueldo unos cuántos años...
Pero yo no quiero que acorten diciembre, me gusta así, porque significa que aún tengo 30 días, para que se acabe el año, 30 días con trabajo, 27 días con 26 años, 18 dias de amigos, unos cuántos más de familia, 20 para alguna cena ya tradicional, y de por medio, algún puente, alguna visita esperada, alguna otra sorpresa...
A mí me encanta Diciembre, nací en ese mes ¿cómo no iba a gustarme?
A mí este diciembre si me va gustando, primero porque más de la mitad del mes estaré de vacaciones y porque la semana que vienen me dan una suculenta cesta navideña con jamón de guijuelo incluído.
Estoy de acuerdo en los insoportables villancicos, pero el ambiente navideño sí que me gusta.
Por cierto M€, ¿Quedamos en el mismo sitio que el año pasado para ver Cortilandia?
Cuánta negatividad, con lo que mola la Navidad en las grandes ciudades, con esa plaza mayor para llamar a gritos a Chechu y esa pistola de bolas y esas pelucas de colores que se pone todo turista que visita Madrid en estas fechas...
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