Con Un Sorbito De Vino

No me gusta hablar de política últimamente. Con razón o sin ella, me he visto envuelto en discusiones sobre catalanes, vascos, izquierda y derecha que siempre terminaban con algún insulto personal o con el desprecio más absoluto hacia la libertad de la gente. Algunos personajes que se creen con el don de la verdad y con la razón suprema alzaron sus portentosas voces en contra de aberraciones contra nuestra nación, esa que se tiñe de amarillo y rojo y que baila al son de banderitas. Esas mismas personas olvidaron ya las amenazas catalanas y homosexuales para preocuparse por el futuro del mundo entero.

Entre tanto chiste y tanta felicidad popular (sí, lo de “popular” debería ir entrecomillado para hacer notar la doble intención), surge ahora, desde los más oscuros rincones de un pasado excesivamente reciente, la figura menuda y deslenguada del que fue emperador de la gran nación en la que vivimos. Sí, caballeros y damas por igual, me refiero al señor Aznar. Los calificativos despectivos que se le pueden añadir a su apellido, ya sea por delante o por detrás (otra aberración para él, seguro) son poco más que epítetos que sobran por ser lo suficientemente conocidos y reconocidos. No pongo en duda que España fuese bien, nunca me paré a ver los datos económicos ni sociales del anterior Gobierno, ni siquiera merece la pena hacer leña del árbol caído en lo que se refiere a distintas decisiones que provocaron la masiva salida a la calle de españolitos indignados; muchas de esas decisiones (guerra, chapapote…) no me atrevería a decir que no hubiesen sido tomadas por otros partidos de haber estado en el poder en ese momento.

Esto que digo viene al caso por las declaraciones del ínclito Aznar a cerca del vino y de la conducción. En mi memoria está grabado como en piedra aquel anuncio de Steve Wonder que nos decía, en un español macarrónico, que si bebíamos, no deberíamos de conducir. Aquella frase de “Si bebes no conduscas” se hizo famosa entre la gente, aunque no llegó a calar lo suficiente como para convencer a la gente de que era malo ir borracho e ir conduciendo, de ahí la continua cifra de muertos en las carreteras y todo eso que ya sabéis. Pues bien, ahora sale Aznar diciendo que a él nadie le dice a qué velocidad debe de conducir ni cuántas copas de vino se puede tomar… que no le gusta que coarten su libertad individual, la libertad que tiene por ser persona. Es verdad. Que no se limiten las libertades. Por eso los gays, los que están favor del consumo del cannabis, los que piensan que se debe permitir mear en la calle, los que opinan que estar desnudo en un bar es bonito, los que opinan que quemar un contenedor de vez en cuando mola, los que están a favor de pegar palizas a negros e indigentes, los que disfrutan alzando el brazo al aire debajo de algún aguilucho… todos tienen una razón para defender su libertad personal. A mí nadie me puede decir que no beba y conduzca porque no hago daño a nadie…eso dice Jose Mari.

Lo peor es ver el vídeo de las declaraciones de Ánsar y ver como el labio leporino, que esconde debajo de su bigote recortado al más puro estilo de los grandes gobernadores justos del mundo, se mueve a un compás distinto al habitual; sus ojillos, su lengua resbaladiza, su pelazo que le da un toque, como alguien dijo, de “homeless”, todo hace indicar que J.M. se ha pasado al lado oscuro. Quiere libertad, quiere sexo al aire libre con bellas féminas, quiere fumarse un porrito tranquilo para hacer un viaje sideral al mundo de Lucy, quiere olvidar que ya no juega con su balón en forma de esfera terrestre mientras suena una bellísima canción, quiere volver a ser aquel niño rebelde que un día fue, le gustaría recuperar la movida madrileña para echarse aspirinas en la coca-cola y flipar con Caca Deluxe.

En fin, el ex-presidente del Gobierno, uno de los últimos exponentes de la derecha en España, ha conquistado a todo el público con su último monólogo. Todos sabíamos que a Aznar le gustaba la Botella, pero tanto...

Desgraciadamente, a los que detestan a la derecha, los que opinan que el PP es fascista, incoherente e incompetente, no ha hecho más que darles razones para que lo sigan pensando.

Yo tengo la suerte de conocer a gente de derechas, a gente del PP, incluso a gente que estoy seguro de que votarían a Ansar. Ellos me hacen pensar que un individuo no representa a nadie, y menos cuando su cargo es de ex (es cierto que es presidente honorífico del partido, pero bueno).

Nada más. Lo dejo porque no me gusta entrar en política ni en cosas tontas que luego crean conflictos y tal. Sólo recomiendo el visionado, al más puro estilo guliesco, de las declaraciones de J.M. porque no tienen desperdicio. Ahora me voy, que me espera un coche, tres botellas de vino y un poco de cocaína. Va a ser un día grande.

Que viva la libertad, ¿no?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La libertad de cada uno termina donde comienza la de los demás. Eso es cierto, pero incompleto. Los límites son más: ley, moral, orden público... Espera, espera un momento. ¿Moral? ¿Orden público? ¿Y eso qué es exactamente? ¿Hasta dónde se extiende? ¿Cómo se mide lo inmoral que uno es o lo perjudicado que está el orden público? ¿Es inmoral estar desnudo en un bar? Quemar un contenedor es contrario a la ley, mear en la calle invade mi derecho a no tener que soportar excrementos en mi portal pero, ¿y conducir habiendo bebido? Ah, claro, que es ilegal también, ya entiendo... ¡Hostia! ¿Y por qué es eso ilegal? ¿Quién decidió que conducir borracho era malo? ¿Nuestros representantes políticos? Luego, ¿nosotros mismos? Tal vez... Sin embargo es injusto, porque si yo pegase palizas a negros e indigentes estaría causando un mal a otras personas, pero si conduzco borracho y me doy contra un muro y pierdo una pierna sólo me hago daño a mí mismo y a mí eso me da igual. Claro que, lo quiera o no, el Estado trata de protegerme hasta de mí mismo (lo cual es tema aparte). ¿Pero y si no fuese así? ¿Por qué yo debo dejar de beber si a mí me da igual matarme? Ah, puede que sea porque no estoy yo solo en la carretera y hay más hombres, mujeres, familias, gente en general con la que comparto asfalto. ¡Pero yo soy buen conductor y a mí no me afectan 3 o 4 copas despues de una cenita bien regada en Albariño, joder! ¡Que no somos todos iguales! ¡Que hay a quien el alcohol le perjudica mucho pero a mí no! Ya claro... ¿Y entonces qué hacemos? ¿Dejamos que todo el mundo beba lo que le de la gana porque es verdad que a muchos 3 copas les causa menos efecto que a otros 1 vino? ¿Confiamos en que todo el mundo sea lo suficientemente responsable como para saber cuándo parar? ¡Ah no, que entonces estamos como antes! Y antes, si mal no recuerdo, la gente se mataba en carretera y mataba a los demás poruq eno tenía auto-control. Lo mejor va a ser, entonces, en vez de dejar que beba todo Dios y encomendarnos a la buena suerte, establecer un límite de alcohol en sangre y presumir que, a partir de ahí, todo el mundo está lo suficientemente mal como para no ponerse al volante. ¡Mira por dónde, he aquí la razón de que se crease una norma al respecto! Ahora me doy cuenta, claro... ¿Y como es posible que todo un ejemplo a seguir como José María Aznar no se diese cuenta de esto? ¿Qué raro que no haya meditado un poco antes de hablar, no? ¿Tendra algo que ver que los destinatarios de esas palabras eran ni más ni menos que una convención de bodegueros que, además, están crispados debido a la mal llamada "ley del vino" de la que tanto se viene hablando últimamente? Bah, no creo que un poítico se pueda rebajar hasta tal punto para hacer la pelota por un puñado de votos... ¿O sí?

Enrico Palazo dijo...

Querida eleanor, ante tu última pregunta, la respuesta es sin duda si, la primera y a mi parecer única preocupación real del político, son los votos, en función de la posibilidad de ganarlos o de perderlos, tomará sus decisiones, no hay politica de estado, y mucho menos interes general. Personalmente creo que es una mierda, no hay derechas ni izquierdas ni nada, solo hay navajazos por conseguir algún voto mas para seguir mandando.

Atentamente

Anónimo dijo...

Opino exactamente lo mismo. Ese voto más lo quieren, efectivamente, para seguir mandando. Y yo añado que quieren seguir mandando para así seguir accediendo al poder. Y quieren seguir teniendo poder para así poder seguir disponiendo de El Dinero. Y quieren seguir teniendo El Dinero para así poder utilizarlo a su favor (y, si es posible, único favor) y gastarlo como les venga en gana y llenarse bien los bolsillos de pasta y el estómago lleno hasta el hartazgo. Ahora bien, cuidado porque estómagos tan llenos implican evacuaciones "generosas"... y la mierde huele seas quien seas... Creo que me explico.
Un saludo.

M€ dijo...

Hermosas palabras de ambos. Por cierto, Eleanor, con tus contestaciones se podría abrir un puto blog...Me olvidé de comentar lo de la ley del vino, que es el quid de la cuestión. De todas formas, al margen de ideologías o que se esté de accuerdo con lo que dice o no, la cosa es que él es una figura pública que, durante su legislatura, promovió campañas de Tráfico en contra del consumo de alcohol combinado con la conducción. Seriedad, por favor. Seguid comentando, me interesa...

Elquien dijo...

Yo también flipé bastante cuando leí las declaraciones de
Josemari.

PD: Política en el blog!? No, por favor! Yo no puedo hablar de política ni de religión con colegas porque siempre acabamos peleados; es que soy un RaDiKal y estoy muy crazy.

Elquien dijo...

Bueno, quiero hacer una aclaración, tampoco flipé tanto; Ansar siempre me ha parecido un mezquino y un irresponsable.

Arghhh, no me puedo resistir a hablar de política/os!!!

M€ dijo...

Me declaro seguidor del partido del Karma. Abre tus chakras y sé feliz, amigo.

Anónimo dijo...

Tiene Vd. razón m€, me he extendido demasiado... Pido mil perdones. Aprovecho para añadir algo acercade Aznar (por cierto, secundo lo que ha dicho Vd. acerca de que todo esto va al margen de ideologías y partidos): creo que es un mago del humor. Tiene que serlo. Es una especie de Eugenio que no se ríe de sus propias bromas y chistes. No hay otra explicación. Algo parecido pasa con Bush. Y mejor no hablar de las pausas en los discursos de Zapatero y esos gestos y poses tan raras... Todos maestros de la risa. Cómicos geniales encerrados en profesiones aburridas.

2009 Vida De Un... - Powered by Blogger
Blogger Templates by Deluxe Templates
Wordpress theme by Dirty Blue